martes, 1 de diciembre de 2009

¿Dónde impartimos clases?

En la actualidad, damos clase a todos nuestros grupos en el centro Fluxus - Escuela Artística del Movimiento, ubicado en la zona de Ejido en Málaga capital, donde ofrecemos una amplia variedad de horarios de mañana y tarde.
Próximamente abriremos grupos nuevos en la zona del Rincón de la Victoria.
Si deseas más información sobre horarios y cursos, por favor envíanos un mensaje a info@tainostrum.es

viernes, 20 de marzo de 2009

Primer curso de Tai Ji Chen con la Maestra Wang Yang 2009


CURSO PRIMERO 2009
FECHA: 18/04/2009-19/04/2009
LUGAR: CENTRO FLUXUS
C/ Paco Miranda 1 – 952264471 - 665668713
HORARIO
SÁBADO 18
10:00 A 13:00
DOMINGO 19
10:00 A 13:00 y 17:00 a 20:00
PRECIO CURSO
100 €
Plazas limitadas. Diferentes grupos de nivel: Principiante, intermedio y avanzado.

miércoles, 18 de marzo de 2009

¿Cómo describimos TaiNostrum?

TaiNostrum es una asociación dedicada al estudio, investigación, desarrollo, integración y difusión de los estilos tradicionales bioenergéticos en el ámbito de la sociedad actual y su afectación a las culturas de la humanidad, tales como el Tai Ji Quan y sistemas sinérgicos o compatibles. Entre sus objetivos destacan la coordinación y cooperación con organizaciones de tipo cultural, deportivo, científico, social, tecnológico, pedagógico y económico para desarrollar sistemas integrales interdependientes que adopten la lógica del movimiento bioenergético en lo individual y colectivo del ser humano.

En el ámbito del Tai Ji Quan surge como una necesidad de desarrollar este arte respetando sus orígenes integradores, cosmológicos, meditativos, terapéuticos, espirituales, sociales y marciales, sin descartar sus vínculos directos con aquellos elementos generales que constituyen el entorno en el que evolucionamos.

Como arte marcial entendemos el Tai Ji Quan como un sistema completo que abarca todos los elementos humanos susceptibles de entrar en conflictos que delimiten o desequilibren la natural expresión del ser.

Salud, comprensión, inteligencia o despertar son sinónimos en el contexto de este arte integral transmitido por generaciones de maestros dedicados a su investigación y desarrollo.

En nuestra actual sociedad, el Tai Ji Quan resulta una propuesta esperanzadora para lograr reestablecer el equilibrio perdido en todas las facetas de la vida.

El trabajo físico indiscriminado se ha impuesto a la lógica coherente de un trabajo corporal, mental y espiritual que nos aproxime a las leyes reales de la naturaleza, no sólo aquellas que aparecen en los libros de biología o física, sino a las que subyacen en las experiencias más profundas e intuitivas del individuo desde la génesis de la humanidad.

Nuestro proyecto trata de recuperar esta lógica alejándose de las propuestas basadas en opciones puramente profesionales, deportivas, estéticas o apartadas de los conceptos que movieron a los antiguos maestros taoístas a comprender los argumentos de la vida, las razones de nuestra inteligencia y los cauces por los que discurren nuestras energías y nuestro destino.

¿De dónde nace TaiNostrum?

Como practicantes, estudiantes y profesores a la vez, de diferentes sistemas marciales chinos, el Tai Ji Quan ha supuesto desde nuestra primera incursión en sus materias, una ventana a un mundo ilimitado de perspectivas y de congruencias de difícil localización en sistemas o propuestas de similar tinte sociocultural en el ámbito de las artes marciales.
Convencidos de la necesidad de establecer en el Tai Ji un lenguaje propio de nuestra cultura sin tocar nada de lo que la tradición nos ha regalado, abordamos el desarrollo de metodologías, sistemáticas de estudio, búsqueda de modelos de práctica óptimos para recuperar el potencial equilibrador que sin duda contiene, en la esencia de sus conceptos, este compendio de conocimientos.
La historia conceptual y profunda que nos han comunicado algunos de los grandes maestros con los que hemos tenido la suerte de encontrarnos, nos habla de un arte sin parangón, en el que el individuo navega a dos aguas entre lo lleno y lo vacío para comprender su esencia intermedia. Nos comunica el placer de sentirnos, de escucharnos, de disfrutar la existencia desde la sensación profunda de estar conectados a la tierra sin simbologías que nos trasladen o aparten de la real experiencia de nuestro ser conectado a un cielo que es mucho más que azul. Sentir, descubrir los límites de nuestro cuerpo cuando los límites de nuestra mente se van disolviendo, mientras encontramos la diferencia entre inhalar y exhalar siendo testigos en el proceso respiratorio de la creación de nuestro universo en todos los planos que ocupamos, físico, sutil, espiritual y vacío.
El Tai Ji Quan nos habla de puertas, nos habla de ceder, nos invita a la transformación para fluir con la vida en todos sus contextos. Cuando practicamos encontramos el sentido de buscar y comprendemos que no podríamos vivir sin trasladar nuestro placer a otros seres que también resultan ser parte de nosotros.
Nuestra intención de base, en un sentido completamente altruista, es la de propiciar el descubrimiento real de una práctica que sobrepasa cualquier barrera impuesta por la cultura, el lenguaje, la psicología humana y los intereses que siempre andan de por medio.
Vivir desde el Tai Ji nos parece una búsqueda que merece el esfuerzo de comunicarse. Sin duda ese es el verdadero motivo de que nos planteemos TaiNostrum.

¿Quienes son nuestros profesores?

Francisco J. Soriano

Inicié mi práctica marcial a temprana edad arribando en mis primeros pasos, allá por el año 88, en el Centro Tibet, dirigido por el maestro Miguel Padrón Acosta. Es con él con quién inicié una relación de estudio y aprendizaje de diferentes sistemas marciales chinos (Hung Gar, Wu Shu, Xing Yi, Ba Gua y San Da) que concluyen en la concreción del Tai Ji Quan como una matriz que contiene la quinta esencia de todo lo aprendido en los restantes estilos.
Sin aportarme, en un principio, la relevancia que finalmente determinó mi carrera en este terreno, compaginé el estudio del Tai Ji Quan con los restantes sistemas aprendidos, compitiendo en diferentes modalidades de artes marciales chinas hasta el año 2000, fecha en la que abandoné definitivamente la competición para dedicarme a la docencia. En este caminar me nutrí de formaciones ocasionales con algunos de los más refutados maestros de las artes marciales de dentro y fuera de nuestro país: Fidel Font (San Da), Carlos Moreira (Hung Gar), Zhang Xiao Yang (Wu Shu deportivo), Alain Caudine (Chen Shi Tai Ji), Zhu Ruiqi (San Da), Wang Xian (Chen Shi Tai Ji), Huang Kang (Chen Shi Tai Ji), Yuan Hong (Chen Shi Tai Ji), Chan Kowk Wai (Shaolin Quan), Yuan Zhu Mo (Shuai Jiao).
Es en el año 2000 cuando encontré al maestro que marcó un cambio radical en mi visión general del Tai Ji Quan, hasta el momento. El maestro Thomas Cantegrit me mostró una visión concreta del arte conectada a sus reminiscencias más personales en el ámbito de la práctica marcial, estableciendo vínculos de coherencia entre la práctica interior del Tai Ji Quan, la medicina tradicional china y la lógica marcial del estilo; un detonante a partir del cual toman cuerpo los trabajos marciales anteriores en el grupo de estilos practicados. Trabajé con este maestro el estilo Yang de Tai Ji y la lógica real del Tui Shou y del San Shou de la que extraje conclusiones del máximo interés para el desarrollo de programas didácticos dentro de la práctica marcial del sistema. De su relación con él, tanto maestro/alumno, como de nuestra amistad personal, surgió el vínculo de trabajo con la que será el desenlace y continuidad de este trabajo iniciado de la mano del maestro Thomas, la maestra Wang Yang. Como expresión viva de la práctica profunda y real del Tai Ji, en la observación de su práctica percibí la esencia de algo no visto hasta entonces, la realidad plasmada en una forma de vivir el arte. Vida y práctica no se diferencian en esta gran maestra, hija de uno de los grandes maestros de China (Wang Bo).
Desde el año 2004 he mantenido mi formación con estos dos maestros excepcionales configurando una línea definitiva de búsqueda en mis propuestas de estilo y de práctica real. Al desarrollar las labores de promotor, director y profesor del Centro Kan Li en Málaga, me centré definitivamente en la docencia de artes marciales chinas difundiendo las bases de trabajo del Tai Ji Quan y sentando las bases para una escuela centrada en el estudio del Tai Ji de la familia Wang. En este centro se gestó una nueva generación de profesores de Tai Ji Quan en Málaga que colaboran en la difusión de los trabajos marciales adquiridos hasta entonces y con los que comparto el aprendizaje del Tai Ji Quan de la familia Wang. Tal es el caso de Mónica Vega con la que comparto, además de una relación personal, la vida marcial profunda que nos llega desde Thomas y Wang Yang, colaborando con ellos en la difusión y presentación de esta visión sin precedentes del Tai Ji.
En la actualidad dirijo el módulo de artes marciales y artes psicofísicas del Centro Fluxus en Málaga, soy vicepresidente de la Asociación Nacional de Clubes de Artes Marciales Chinas y responsable del departamento de estilos internos de dicha federación. Ostentó el grado de Maestro Nacional de Tai Ji Quan y Kung Fu por la Federación Andaluza de Lucha y por la ANCAMC, en la que desarrollo programas de competición y difusión del Tai Ji Quan, cursos de formación de profesores y materiales docentes tanto en el ámbito de las artes marciales chinas como en el de la medicina tradicional china y el Qi Gong.

Mónica Vega

Desde siempre había sentido fascinación por el mundo oriental y la filosofía que subyace en las artes marciales, un mundo que despertaba mi interés por la mezcla de exotismo, disciplina, valores profundos y búsqueda del equilibrio. Aunque mi vida había seguido derroteros muy dispares a estas inquietudes, esa semilla siempre se mantuvo en mi interior y poco a poco fui indagando en aspectos culturales que culminaron en mi inicio de la práctica en el año 2003. Gracias a una serie de numerosas circunstancias y «coincidencias», en ese año toqué las puertas del recién inaugurado Centro Kan Li, donde pude iniciar el camino en el que ahora me encuentro inmersa y que ya constituye mi vida.
El destino me permitió, por fin, desarrollar mi práctica marcial en este centro en el que confluyeron muchos artistas marciales de diversas disciplinas y maestros de la mejor calidad tanto humana como marcial. En el año 2003 comencé a practicar Tai Ji Quan de la mano de Francisco Soriano, que me mostró siempre una manera coherente de entender este arte como algo más que un ejercicio bueno para el cuerpo. Me enseñó a profundizar en esta práctica con paciencia, perseverancia y ausencia de expectativas. Con él empecé a sentar unas bases que hoy sigo revisando y asentando (trabajo para toda una vida, ahora lo sé) y comprendí que se puede llevar una práctica interior sin despegar los pies del suelo. Comencé a practicar las formas simplificadas de los estilos Yang y Chen, de forma paralela al trabajo más tradicional de la mano de otro maestro, Thomas Cantegrit. Aunque mi trabajo actual con él se centra en el estilo Chen, mis primeros pasos en sus enseñanzas discurrieron por la forma tradicional de 108 movimientos de Yang Shao Hu. El trabajo con la forma tradicional me aportó una visión más enriquecedora, no carente de esfuerzo, de la práctica del Tai Ji Quan.
En mi interés por seguir en la vía de un estudio más tradicional, realicé cursos sobre estilo Chen con la escuela de Wang Xian, complementados con seminarios a cargo de su discípulo Alain Caudine. El desarrollo de las espirales me suscitó muchísimo interés y decidí seguir indagando en este terreno con mi maestro, Francisco Soriano, y otros representantes de este estilo.
De este modo, realicé cursos también con el maestro Huang Kan Hui y talleres con el maestro Zhang Fang.
Pese a diversas incursiones en otras formas tradicionales y sistemas de estudio del estilo Chen, desde 2004 he mantenido mi trabajo ligado al estudio natural y espiral de la maestra Wang Yang, a la que tuvimos la suerte de conocer gracias al maestro Thomas Cantegrit. Desde ese año, he asistido a numerosos cursos con ella y con su padre, el maestro Wang Bo y día a día descubro más de mí a través de ese trabajo.
Tras participar en diversas competiciones y exhibiciones, consideré que había llegado el momento de centrarme en la docencia y difusión de esta práctica y trabajé como monitora de Tai Ji Quan durante dos años.
TaiNostrum supone una oportunidad de investigar, difundir y compartir esta práctica que, sin duda, podemos convertir en un manual de vida. Nos abre las puertas a una disciplina que podemos adaptar a nuestras posibilidades físicas, que podemos integrar en el día a día y que nos permite aportar equilibrio a todo lo que somos y nos rodea.

miércoles, 18 de febrero de 2009

PRÓXIMO CURSO: INICIACIÓN AL ESTUDIO DE LOS FUNDAMENTOS ALQUÍMICOS DEL TAI JI QUAN

Síntesis informativa del curso

Fecha: 14-15 de marzo de 2009
Horario: Sábado de 9:30-13:00 y de 17:00-21:00
Domingo de 8:00 a 13:30
Lugar: Centro de meditación Kadampa Camino Fuente del Perro, Alhaurín el Grande - Málaga 29120
Precio: 120 euros (curso + alojamiento y manutención)

¿En qué consiste el curso?

En este curso iniciaremos un proyecto anual de formación para personas interesadas en conocer el tradicional arte del Tai Ji Quan como práctica personal. Partiremos desde los fundamentos del arte para estudiar y comprender sus diferentes expresiones y métodos de trabajo.
Queremos estudiar y trabajar sobre el Tai Ji Quan en un ambiente de introspección y relajación, conviviendo y compartiendo una práctica al aire libre, rodeados de naturaleza, silencio y armonía.
Lejos de la rígida estructura de un curso formativo, nuestro deseo es compartir los conocimientos del taoísmo a través de una vivencia real del significado integral del Tai Ji Quan.
Charlas, trabajo físico, estudio, meditación, descanso, paseos y práctica abierta de lo aprendido son los elementos que constituyen nuestra propuesta.

Programa del curso

Sábado 14
9:30 Recepción
10:00 Inicio del curso
10:00-13:00 Explicación de aspectos teóricos generales, preparación corporal para la práctica y estudio intensivo de las propuestas técnicas del Tai Ji Quan
14:30 Almuerzo (comida vegetariana)
17:00-20:00 Preparación corporal para la práctica, estudio de los principios fundamentales del Tai Ji Quan y trabajo por parejas
20:00-21:00 Charla coloquio sobre el Tai Ji Quan como arte integral
21:30 Cena

Domingo 15

8:00 Meditación
8:30-9:30 Ejercicios de activación energética del cuerpo
9:30 Desayuno
10:00-13:00 Repaso de los fundamentos del entrenamiento y práctica de Tai Ji Quan
13:00 Cierre del curso

Para más información puedes contactar con TaiNostrum en los teléfonos 665668713 (Fran) o 654145676 (Mónica) o por e-mail a asociaciontainostrum@yahoo.es. Te remitiremos información concreta del curso y bases para la inscripción.
Fecha límite para la reserva 10 de marzo de 2009.

jueves, 1 de enero de 2009

El Tai Chi Chuan de la familia Chen

Desde Wang Tsung Yueh a Wang Xi An. El Tai Chi de la familia Chen I

Este estudio puede hacerse desde algunas perspectivas muy áridas, algo que no entra dentro de lo que pretendemos. Situar las raíces del TJQ en las montañas de Wu Dan sería tan injusto como excluir de ellas el I Ching o el Tao Te King. Hablar de Wu Dan en el TJQ es hablar de leyenda.
Las primeras referencias escritas que existen sobre entrenamiento interno en las artes marciales se encuentran en el Epitafio para Wang Cheng Nan escrito por Huang Tsun Hsi (1610 – 1695) un famoso historiador de la dinastía Ming. Tanto en esta obra como en la de su hijo Huang Pai Chia, Métodos de la escuela interna de boxeo (discípulo de Wang Cheng Nan) se habla de «invertir los principios del Shaolín» tal como describe Douglas Wile en su libro Clásicos Perdidos del Tai Chi, de finales de la Dinastía Chi´ng. Una vez más nos encontramos con la idea de oposición a lo externo.
Esta escuela interna difiere en la técnica marcial de cualquier estilo de TJQ y, por lo tanto, nos quedamos con los conceptos que recoge, los cuales perviven latentes en el TJQ de la familia Chen. Según Wile, Huang Pai Chia reconstruye en su tratado la línea de transmisión desde Wang Cheng Nan hasta Chan San Feng, pero también confirma su abandono del arte y el final de esta transmisión.
No es hasta después del siglo XVIII cuando volvemos a disponer de documentación que habla de un estilo suave de lucha. Chang Nai Chou también comparte principios propios de las características internas del arte pero difiere en lo que a técnicas se refiere.
Esto nos presenta un panorama de transmisión de conceptos a través del tiempo no parejos a una transmisión de técnicas antiguas. Existen referencias sobre el Nei Jia Chuan en la región de Siming Shan que nos arrojan algo de luz sobre los conceptos recogidos por Huang Pai Chia. Hemos podido ver algunos elementos de esta estructura en la persona del Maestro Wang Bo, heredero de esta tradición marcial, y podemos comprobar que en ella existen innegablemente elementos que pueden situar en un origen más tardío que Chen Wang Ting los conceptos recogidos por los actuales estilos de TJQ. Tenemos algunos de los personajes de la historia, pero no tenemos la historia completa. Teorizar puede ser un buen camino para concluir algunas posibilidades. No podemos saber a ciencia cierta de qué fuentes se nutre Chen Wang Ting para convertir un estilo externo del sur de China (Sung Tai Zhu Chang Chuan) en la quintaesencia de las artes marciales, en cuanto a conceptos y sutilidad.
Albert Liu en un artículo escrito el 19 de junio de 2002 relativo al desarrollo del Liu He Ba Fa, nos detalla una línea de transmisión que conecta a Wang Tsung Yueh con Chen Wang Ting.
En su artículo nos cita a un prominente maestro de artes marciales llamado Chen Bo que nació al final de la dinastía Tan y falleció en la dinastía Song. Vivió 109 años. Se le conocían varios nombres y fue amigo de famosos filósofos de la era: Chen Chao, Chen Yi y Zhu Xi. Escribió el libro Tai Ji Tu Shuo (La teoría del diagrama Tai Chi) y desarrolló el Liu He Ba Fa, también llamado por sus descendientes «la forma del agua». Tuvo dos discípulos: Jia De Shen y Li Dong Feng. Ambos transmitieron la esencia del arte a Chang San Feng, cuyo nombre taoísta era Yu Xu Zi, que vivió durante la dinastía Sung. Residió en las montañas Hua, en el noroeste de China y allí desarrolló durante muchos años su propio sistema. Más tarde viajó a la región central de China y vivió en las montañas de Wu Dan donde llevó vida de ermitaño.
Según Albert Liu, Chang San Feng era experto en kung Fu de Shaolín. Después de contactar con la línea de transmisión de Chen Bo, modificó su entrenamiento y se centró en las prácticas internas. Concluyó cuatro principios sobre su sistema:
«Primero, controlar el movimiento con el reposo; segundo, conquistar la dureza con suavidad; tercero, vencer la rapidez con la uniformidad y cuarto, superar lo mucho con lo poco.»
El heredero más importante de esta tradición durante la dinastía Ming fue Wan Zong Yue (Wang Tsung Yueh) quien a su vez transmitió el arte a dos discípulos: Chen Zhou Tong, nativo del sudeste de China y Jiang Fa, oriundo del norte de China, que difundió el sistema por las regiones del norte. Este Jiang Fa es el supuesto maestro que transmitió los conceptos internos a Chen Wang Ting.
Durante la dinastía Ming, en la época de Wan Li (1573-1620), el sistema interno de lucha de Chang San Feng llegó a Chiao Pao, una aldea cercana a Chen Jia Gou, de la mano de Jiang Fa. La forma en que tuvieron lugar los hechos varía según las distintas versiones publicadas por diferentes autores. Según Albert Liu, Wang Tsung Yueh se dirigía al condado de Zhen Zhou en la provincia de Henan. En su viaje, pasó por la aldea de Chiao Pao de la que era originario Jiang Fa. Allí pudo ver a éste practicando artes marciales y se quedó impresionado por su habilidad. Después del encuentro, Wang llevó a Jiang Fa a Shanxi para aprender con él. Siete años después Jiang Fa volvió a la aldea de Chiao Pao y allí enseñó, entre otros, a Chen Wang Ting.
Esta historia puede o no ser verídica, es evidente que las interpretaciones tanto de escuelas como de maestros, artífices personales de la transmisión oral de estos orígenes, puede estar tergiversada.
Esta dificultad para concretar nos lleva a los documentos existentes en los que se detallan los principios del arte. Estos textos denominados clásicos del Tai Chi nos han llegado desde la familia Yang, estilo que abordaremos en futuros trabajos. Estos “clásicos” se componen de cinco textos. Wile supone que estos textos son los que Yang Lu Chan llevó a la capital y que fueron publicados en 1912 por Kuan Pai I.

Desde Wang Tsung Yueh a Wang Xi An. El Tai Chi de la familia Chen II

La dificultad que entraña el estudio del Tai Ji Quan (TJQ) es evidente para todo aquel que se inicia en su práctica. A veces, este estudio pasa por diferentes etapas que, desde el punto de vista del estudiante, van desde lo incomprendido a la comprensión; y desde el punto de vista del estudioso, van desde la historia y la materia hasta la pura esencia del arte y su comprensión intuitiva.
El TJQ no es un arte marcial cualquiera, sin desmerecer por supuesto la complejidad y efectividad de cuantos estilos han perdurado hasta nuestra época. Se trata de algo mucho más complejo de lo que, a simple vista, se puede apreciar.
Las personas que abordan su estudio llegan a él por diferentes motivos: buscar una gimnasia suave, un ejercicio aparentemente místico, una meditación en movimiento, un método para mejorar o mantener la salud, etc. Todas estas causas no dejan de ser las puertas de entrada a algo más denso que requiere una vida entera de estudio para vislumbrar su magnitud. Muchas han sido las personas que han dedicado toda su vida a incorporar conocimientos y descubrimientos sobre la práctica constante y, en su transmisión, han enriquecido progresivamente lo que, en un periodo germinal, podía ser una base mucho más concreta y menos cargada de conceptos.
Quizá una buena forma de proceder al estudio que pretendemos en este artículo, al margen de los elementos históricos que inevitablemente tendremos que tocar, puede ser la de detallar aspectos de la filosofía subyacente en el conjunto de técnicas que forman la parte tangible o visual del arte. A partir del conocimiento de esta filosofía, quizá sea más claro el cuerpo real del arte, del estilo que pretendemos conocer por medio de la unificación de todos los elementos que nos componen; mente, cuerpo y espíritu, todos ellos unificados por medio de la energía (Chi) cuya comprensión puede ser el fin último de la práctica.
Chen Wang Ting y el arte marcial de la aldea de los Chen
El estilo Chen de TJQ ha sido definido por muchos como el más marcial de todos los que existen en la actualidad. Esto no deja de ser una visión muy limitada e injusta tanto para el propio estilo Chen como para todos los demás. Es cierto que la estructura y los ritmos de movimientos del estilo dejan más latente sus implicaciones marciales, pero no debemos olvidar que los restantes estilos que existen en la actualidad: Yang, Wu y Sung, derivan de forma directa o indirecta del Chen.
También la práctica que podemos ver en la actualidad resulta una evolución, cuando no un desarrollo, de unas formas más antiguas de las que posiblemente sólo quedan sombras de lo que antaño pudieron contener o ser.
El historiador Tang Hao fue el primero en establecer una línea de desarrollo del TJQ que conocemos en la actualidad en la aldea de la familia Chen y de la mano de Chen Wang Ting pero... ¿quién era Chen Wang Ting?
Perteneciente a la novena generación de la familia Chen, vivió entre dos dinastías — finales de la dinastía Ming (1368-1644) y principios de la dinastía Qing de origen Manchú (1644-1911). Según los anales del condado de Wen, Chen Wang Ting sirvió como oficial en la provincia de Shandong desde 1618 hasta 1621 y estuvo como oficial al cargo de la guarnición del condado de Wen en 1641.
Su formación militar quizá justifica que estuviese familiarizado con un personaje de suma importancia en la historia de las artes marciales chinas, el general Qi. Tang Hao estableció una similitud evidente entre las 29 técnicas inventadas supuestamente por Chen Wang Ting y las 32 técnicas del libro del general Qi, Qi Ji Kwang. Este texto, que se presenta como un enorme compendio de técnicas marciales, integra un conjunto de 16 estilos pugilísticos diferentes que el general Qi determinó como los sistemas más eficaces para la formación marcial de las milicias en el combate sin armas. Otro historiador, Gu Liu Xin afirmó en sus trabajos que el general Qi compiló en una estructura básica las 32 técnicas más eficaces de estos 16 estilos. Estudios posteriores han desvelado que, aunque la importancia del trabajo del general Qi es muy relevante en la formación del estilo Chen, las conclusiones tanto de Tang Hao como de Gu Liu Xin estaban parcialmente equivocadas.
En 1918 se publicó en Shanghai un libro llamado Quan Jing. En él se incluyen dibujos de las 32 posturas o técnicas originales del Sung Tai Zhu Chang Chuan (Boxeo largo del primer emperador de los Sung). Esta publicación ha desmontado las teorías expuestas con anterioridad de que las 32 posturas de este estilo son a la par idénticas a las recogidas en el libro del general Qi y, por lo tanto, las 29 posturas o técnicas de Chen Wang Ting pueden derivar de este estilo.
No obstante, la materia que resulta interesante analizar no es tanto el nombre de cada técnica o el estilo en el que se originan, sino los principios que recoge el estilo en su interpretación y en sus bases. La diferencia entre el TJQ y otros estilos no reside en la técnica ni en la forma en que se ejecutan.
Si analizamos estas técnicas una a una, veremos estructuras muy similares en algunos otros estilos de Wu Shu. Esto no quiere decir que unos estilos hayan plagiado a otros. Es más productivo encauzar las investigaciones en la línea de un núcleo central común para la mayor parte de los estilos y deducir su evolución y sus características inherentes a partir de las circunstancias históricas, sociales y culturales que han podido intervenir durante su desarrollo.
Tendríamos que tener en cuenta la proximidad geográfica de la aldea de la familia Chen al monasterio de Shaolín del norte. En sus investigaciones, el historiador y maestro de TJQ Gu Liu Xin realizó una comparación entre las técnicas de palo de la familia Chen y las del monasterio de Shaolín y pudo concretar que ambos sistemas compartían las mismas teorías y los mismos métodos. Si esto pudo ocurrir con el trabajo de un arma, por qué no con el trabajo de mano vacía.
En esta lógica basamos la teoría de que la proximidad de estilos de combate geográficamente cercanos condiciona su desarrollo e influye en ellos de manera determinante. En el caso del estilo Chen de TJQ, su cercanía al monasterio de Shaolín ha podido influir en la inclusión y también en la adaptación de técnicas observadas en los estilos practicados en el monasterio, quizá tanto como la idea de contrarrestar estos estilos de lucha eminentemente externos.
Esto no deja de ser una teoría que puede tomar cuerpo, a tenor de las conclusiones de los historiadores. Chen Zhi Ming, miembro de la familia Chen que acompañó a Tang Hao en sus investigaciones en Chen Jia Gou, también escribió en uno de sus libros que las técnicas de palo de la familia Chen provenían de las técnicas de este arma en el monasterio de Shaolín.
Por lo tanto, fijar el punto de partida de un análisis sobre los orígenes del TJQ que conocemos actualmente en la aldea de los Chen ofrece, dentro del maremagno de información existente, una referencia sólida en la que confluyen teorías, estilos y textos.
Estaríamos entrando a analizar el resultado de una evolución en un momento concreto, en vez de hacerlo sobre las semillas que originaron este instante evolutivo de las artes marciales. El TJQ se nutre de técnicas marciales muy antiguas, técnicas que han llegado desde la lejanía de los tiempos hasta esta pequeña aldea en la que tomaron forma, se estructuraron, se filtraron y se sintetizaron a partir de unos principios casi herméticos cuyos transmisores no conocemos a ciencia cierta.
Es cierto que apenas existen escritos teóricos en la aldea de los Chen anteriores a 1900 y también es cierto que esto puede dejar libertad de opinión en cuanto a los orígenes del TJQ, sin embargo, tampoco existen documentos de fuera de la aldea que nos ofrezcan una información que nos aleje de este lugar en nuestras conclusiones.
Tendríamos que dejar de lado el análisis de las técnicas concretas recogidas en el estilo Chen de TJQ para adentrarnos en los principios del arte desde la información que nos transmiten los maestros de las diferentes escuelas existentes en la actualidad, para comprender que los principios del arte, tan diferentes a los de los estilos externos de los que supuestamente proceden sus técnicas, se nutren de una filosofía milenaria que confluye con el arte en este lugar de la provincia de Henan y desde allí, crece como un árbol plagado de ramas hasta nuestros días